Reparación de termos eléctricos
La vida útil de un termo eléctrico depende tanto de los años que lleve en funcionamiento como del uso que se le dé. Pasado cierto tiempo, y debido al lógico desgaste y a la intervención de la cal, comienzan a aparecer las averías.
La cuestión que se plantea entonces es siempre la misma: ¿Merece la pena repararlo? ¿No es mejor olvidarse del termo viejo y comprar uno nuevo? La respuesta a estas preguntas también es relativa, pues depende de cada caso.
Averías más frecuentes de los termos
Un termo eléctrico puede funcionar mal o dejar de funcionar por numerosas razones, aunque las más frecuentes suelen ser estas:
- El termo gotea o tiene fugas de agua, que se localizan generalmente en la válvula de seguridad, o en cualquier parte de la cuba. Si es por la cuba generalmente es por causas de corrosión y si es por la válvula de seguridad suele ser por exceso de presión.
- El termo no calienta el agua, lo cual se puede deber a una avería en la resistencia, en el termostato, o cualquier componente de la parte eléctrica. En alguna ocasión también si hay una fuga interior de la cuba, puede afectar a cualquier componente eléctrico y dejar de funcionar, con lo que la avería sería doble.
- Los ruidos y olores pueden revelarnos también algunos problemas de un termo eléctrico aún cuando este siga funcionando bien. Siempre hay que interpretarlos como una señal de alarma.
Por sencilla que parezca la reparación de este tipo de averías (por ejemplo, la sustitución de una resistencia quemada), es importante siempre recurrir a los servicios de un técnico profesional. Si tratamos de solucionarlas por nuestra cuenta corremos el riesgo de agravar el problema e incluso lastimarnos.
La clave: un correcto mantenimiento
Es inevitable que el termo eléctrico y sus componentes se resientan por el uso continuado del mismo (aunque también por la falta de uso) y por el desgaste propio del paso del tiempo.

Sin embargo, hay algunas medidas que podemos tomar para prevenir las averías y prolongar la vida de nuestro termo.
Una revisión anual o incluso semestral es lo que los expertos recomiendan para garantizar el correcto funcionamiento de un termo eléctrico. Sobre todo hay que comprobar el desgaste del ánodo de magnesio y proceder a cambiarlo si es necesario.
¿Cada cuánto tiempo?
Es necesario insistir en que estas reparaciones y revisiones sólo puede hacerlas un técnico especializado y debidamente capacitado. Hay otras cosas que nosotros sí podemos hacer.
Por ejemplo, evitar seleccionar la temperatura más elevada que permite el termo, a fin de no forzar la resistencia interior en exceso.
Aplicando un correcto mantenimiento, un termo de calidad puede durar hasta diez años sin ningún problema.
Si tu termo tiene más de siete u ocho años y las averías (que en ocasiones pueden ser caras) empiezan a ser frecuentes, significa que ha llegado la hora de plantearse la posibilidad de comprar uno nuevo.
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